Guerreros persas, un detalle del friso en el palacio de Darío en Susa. Museo Pergamon / Museo Vorderasiatisches, Alemania. Crédito de la imagen: Mohammed Shamma / CC BY 2.0.
Hace unos 2.500 años, el rey persa “Bajo Cambises II, los persas quisieron prepararse para la guerra y conquistar Egipto, y lo hicieron en Palestina», dice el profesor Gunnar Lehmann (izquierda), de la Universidad Ben-Gurión, quien está codirigiendo las excavaciones de Tell Keisan junto con David Schloen (derecha), del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago.
En las dos temporadas de excavaciones de 2016 y 2018, los arqueólogos sacaron a la luz niveles que datan del período helenístico (siglos III y II a.C.), del período persa (siglos V y IV a.C.) y de la Edad del Hierro II-C (siglo VII a.C.). También encontraron niveles anteriores que datan de la Edad del Hierro tardía II-A, de hace alrededor 3.000 años, pero aún no se han explorado a fondo.
Tell Keisan significa «colina de la traición», en árabe, aunque no se sabe por qué se le dio ese nombre. Mencionado a partir del siglo XII en adelante por cronistas árabes, presumiblemente se refiere a un evento militar vergonzoso ahora olvidado. Tampoco se conoce el nombre del asentamiento en la antigüedad.
Tell Keisan, que ha estado ocupado durante al menos 6.000 años, se encuentra estratégicamente ubicado en la llanura de Acre, desde la que se controla el fértil valle de Jezreel (Esdraelón), así como las rutas comerciales entre Galilea, el Valle del Jordán y la región este.
Tell Keisan. Crédito: Ivgeni Ostrovski
Estudios y excavaciones anteriores han expuesto grandes estructuras fortificadas de la Edad del Hierro, datadas alrededor de los 1.000 a 587 a.C. Según los hallazgos encontrados en las capas arqueológicas, parece que los sucesivos conquistadores de Palestina encontraron irresistible su ubicación estratégica: los propios lugareños, los egipcios, los asirios y los persas bajo Cambises II, parece que lo utilizaron como centro administrativo y base militar de operaciones en el siglo V a.C., y más tarde también.
Respecto a los egipcios, Tell Keisan fue uno de los varios bastiones que ostentaron a lo largo de la llanura costera de Acre cuando controlaban Palestina, desde el año 637 hasta el 605 a.C., aproximadamente, dice Lehmann. Otros bastiones fueron Tell Achziv y Tell Kabri, y puede que hubiera más.
En Tell Keisan, justo debajo del nivel persa, los arqueólogos sacaron a luz un gran edificio con salas de almacenaje que datan de la XXVI dinastía egipcia. Aparentemente, el edificio comenzó su función en el siglo VII a.C., y parece que sirvió también como edificio gubernamental o administrativo, el cual, entre otras cosas, proporcionaba alimentos al personal.
El edificio también contenía cerámica fenicia, chipriota y griega oriental, pero de un tipo anterior, típica de la época pre-persa. Las salas de almacenaje contenían numerosos jarras, en su mayoría de origen fenicio, así como ánforas con asas chipriotas del siglo VII a.C. Entre las gentes que utilizaron las instalaciones pudo haber mercenarios al servicio del mando egipcio.
Impresión de un sello persa del s. VI a.C, en el que posiblemente se muestra a Cambises II capturando al faraón Psamético III.
Cambises reúne su gran y lento ejército.
La campaña de Cambises II para conquistar Egipto, reunió fuerzas para «cruzar los desiertos sin agua» aparentemente en el 525 a.C., fue descrita por Herodoto. Cambises II atacó al faraón «La agilidad no era precisamente la marca registrada del modo de guerra aqueménida», remarca Barry Strauss (izquierda), profesor de Historia y Clásicas en la Universidad de Cornell, EE.UU. «Grande y lento era cómo les gustaba a sus militares, tanto para vencer al enemigo como para impresionar a sus propios súbditos. Una fuerza expedicionaria masiva necesitaba una gran base de operaciones».
¿Por qué los persas estaban tan convencidos de conquistar Egipto, aparte de la debilidad humana habitual tendente a construir imperios?
Una razón es porque los diversos imperios del Levante y Medio Oriente consideraron siempre a Egipto como una amenaza importante. Pero esa es solo una razón más de su deseo último de controlar Palestina, la cual disponía de una tierra fértil con una larga costa y ser una zona conveniente para atacar Egipto. O, al menos, para contener la influencia de Egipto sobre el Levante.
Así que no solo las llanuras mediterráneas eran fértiles, con mucho espacio y pastos para los caballos: Egipto estaba cerca y Palestina era un terreno relativamente seguro para que Cambises II pudiera preparar lentamente su invasión, resume Lehmann.
Soldados de del ejército aqueménida (bajo Jerjes). Crédito: A.Davey
Las fuerzas que Cambises II acumuló en la costa habrían necesitado un enorme aparato y una increíble cantidad de recursos. Tell Keisan habría sido, pues, un enclave -de una serie de ellos- que suministraba recursos a lo largo de la llanura de Acre. De hecho, los arqueólogos encontraron restos de recipientes y de cocina en grandes cantidades que podrían haber sido utilizados por los ejércitos de Cambises II. Una evidencia clave fue el hallazgo de un gran pozo con restos orgánicos y cantidades sustanciales de cerámica, algunas de las cuales eran de origen fenicio y otras importadas de Grecia, principalmente de Atenas.
Desgraciadamente, la arquitectura del período persa en Tell Keisan quedó dañada gravemente cuando los ejércitos del gobernante helenístico
Busto de Seleucu I Nicator (el ‘vencedor’); c. 358-281 a.C., copia romana de un original griego >>>
«Alejandro y sus sucesores estaban generalmente más interesados en la guerra que en la administración», explica Strauss. «Era más barato y más fácil tomar el control de la infraestructura del Imperio persa. De modo demostrativo lo habían hecho en otros lugares y seguramente lo hicieron también en la llanura de Akko».
Los niveles arqueológicos helenísticos presentan lo que parece ser un área industrial con pozos de basura e instalaciones para producir grandes cantidades de cerámica. Los hallazgos cerámicos indican que el vínculo con el Mediterráneo se mantuvo fuerte y que el comercio con las islas griegas y la costa de Asia se expandió hasta el siglo III a.C.
Durante el período helenístico anterior, Tell Keisan siguió siendo un suburbio de Acre, cuyo nombre había sido cambiado a Ptolomais (o Tolemaida).
En algún momento, durante el período helenístico posterior, el asentamiento fue abandonado. Permanecería sin vida durante la época romana y, posteriormente, habría estado ocupado y luego vuelto a abandonarse. Durante el período bizantino se restableció el asentamiento y allí se construyó una iglesia con edificios de servicio. Los cimientos de esta iglesia están bien conservados y fueron excavados y publicados por una expedición francesa.
Pero aparentemente, a principios del siglo VIII d.C, el montículo fue abandonado de nuevo, para, posteriormente, durante el período medieval, volver a restablecerse. Desde el siglo XII hasta el siglo XVI, la colina sostuvo un pequeño enclave rural, que, en el período otomano temprano, sería abandonado de una vez por todas.
Fuente: haaretz.com | 23 de diciembre de 2018