Ayer se cumplieron 313 años desde que el San José partiera de Cádiz y desde que se descubrieran los restos de este galeón en el año 2015, ha sido noticia hasta nuestra actualidad. Todavía hoy permanece bajo el lecho marino a la espera de que por fin se decidan a sacarlo a la luz y poder apreciar los tesoros que esconde. ¿A quién pertenecerán una vez fuera del agua? Es aquí donde empieza un entramado de leyes patrimoniales entre España y Colombia, un debate muy extendido, pues es un barco español encontrado en territorio colombiano.  El gobierno español se agarra fuertemente a la idea de que al ser un barco de Estado está amparado por la inmunidad soberana de nuestro país, asi lo estipula también el derecho internacional, que los definen como un pequeño espacio del territorio de su estado de origen estén donde estén, y más todavía si se han hundido durante una batalla. Con la ley del patrimonio histórico del año 1985 y la Convención de la UNESCO sobre el patrimonio subacuático, se buscó una forma de defender y preservar estos tesoros que, hasta el momento, tras ser descubiertos, pasaban a pertenecer a quien los hubiera encontrado. La cuestión es que Colombia no forma parte de esta convención y que por tanto no esta obligada a respetar la soberanía del pecio, tampoco está obligada a devolverlo a España, puesto que se encuentra en su territorio. Lo que pueda encontrarse en su interior deberá ser evaluado para saber que se conservará y que no y desde el consejo de Estado colombiano, ya han dictaminado que todos los restos dentro del barco serán considerados como tesoros, a no ser que lleven algún tipo de marca (escudos, etc..) en cuyo caso se considerará patrimonio cultural y deberá ser conservado. Hace tan solo unos días conocimos la noticia de que el Gobierno colombiano había decidido aplazar las labores de extracción de los restos del barco hasta dentro de tres meses ¿ayudará a esclarecer la pertenencia del tesoro?

Pero más allá de la polémica, ¿Qué sabemos de la historia del Galeón San José?  

El galeón San José fue mandado construir por el duque Arístides Eslava y su familia en el astillero de Mapil (Guipúzcua) en 1698 y fue la nave capitana de la Flota de Tierra Firme que partió desde Cádiz con rumbo a Cartagena de Indias el 10 de marzo de 1706, en plena Guerra de sucesión española donde, ante la posibilidad de que España fuera gobernada por los borbones (como así fue con la llegada de Felipe V), Inglaterra, las Provincias Unidades de los Países Bajos y el Sacro Imperio conformaron la Gran Alianza, un conflicto que no terminaría hasta 1713 con el Tratado de Utrecht.

Durante el mes de mayo la flota llegó sin ningún problema a las costas de Cartagena para dirigirse a Portobelo con la idea de recoger oro, plata y otros objetos provenientes del Virreinato del Perú. Por varios motivos, el Galeón no zarpó hacia Portobelo hasta dos años más tarde, en 1708, y una vez allí acompañado de los 26 navíos de protección (y las 11 naves que conformaban la flota, incluido el Galeón San Joaquín) fueron avisados de que retrasaran su partida por la presencia de navíos ingleses en la zona. El capitán José Fernández de Santillán había aceptado la oferta del General Duquesne de escoltar a la flota de vuelta España (pues iba bien cargada de oro, plata y objetos de valor) y pesar de la negativa de parte de la tribulación el capitán decidió ponerse en marcha el 28 de mayo para no perder la ayuda francesa, pues la vuelta continente le parecía complicada.

La flota, durante ese trayecto, esta formaba por 16 barcos, entre ellas, las naves militares San Joaquín con 64 cañones, Santa Cruz con 55 pero con 44 operativos y la San José con 64. Entre ellas se repartió gran parte de las mercancías. Cuando estaban muy cerca de la Isla de Barú, la flota del Capitán Wagner, que habían sido informados por espías de los movimientos de los españoles, los alcanzó y abrió fuego con la intención de apoderarse del San José y sus riquezas. Lo que el Capitán Wagner no esperaba era que éste sufriera una explosión y pereciera en el fondo del océano con sus casi 600 tripulantes (solo se salvaron 11)

¿Qué tesoros esconde el San José?

Las imágenes subacuáticas muestran el pecio de 35 metros de eslora donde se aprecian los cañones de bronce y muchas piezas cerámicas de la Dinastía Quing. Se sabe que cargo casi 200 toneladas de oro, en monedas y barras, y miles de escudos procedentes de las minas de Perú. La carga del San José tan solo formaba entre el 10-20% de todo el cargamento porque no incluían los materiales de contrabando ni los objetos particulares, con el fin de evitar el pago de los impuestos de la corona española.

Ilustración de Samuel Scott del momento de la explosión del galeón San José. National Maritime Museum